Medio de transporte: Autocaravana
Ruta (700 kms.): Salamanca, Oporto, Salamanca
16/2 Salamanca-Oporto
Salimos tranquilamente desde casa y paramos como siempre a tomar un café en la pastelaria da estacao, y compramos un par de empanadas de jamón y queso y un par de cervezas (en Portugal todo suele ser más barato). Con todo esto nos vamos a la zona de parada de caravanas (40.61565, -6.83857), aunque se puede estacionar al lado de la carretera en cualquier sitio, y a comer.
Seguimos ruta sacando el ticket para la autovía de peaje y nos vamos directos a Oporto. A mitad de camino me doy cuenta de que no llevo intermitente trasero izquierdo, así que en los cambios de carril tengo que extremar las precauciones.
Para pernoctar vamos a probar algo nuevo y nos vamos a Matosinhos, que está al lado del mar y hay buenas comunicaciones con Oporto. No hay sitio para las AC’s ni parkings donde estacionar, así que paramos en una calle al lado del puerto, muy cerca de la estación de partida del metro y los autobuses (41.18609, -8.69582). Hay varias plazas para para aunque no muchas. Luego comprobamos que cuanto más nos acercamos a la playa menos sitio hay. El lugar está bien, aunque hay mucho ruido de tráfico hasta última hora de la noche.
Como ya es un poco tarde, en vez de ir a Oporto decidimos ir a un centro comercial, y uno de los más grandes es el de Norte Shopping (41.18125, -8.65454). Para llegar cogemos un microbus que hace mil paradas, pero en media hora estamos allí. Es inmenso, y me gusta porque no hay muchas franquicias y sin embargo si puedes encontrar muchas tiendas locales, con buen género y precio.
Cuando nos cansamos salimos a fumar un cigarro y a descansar y de ahí a coger un autobús (hay varias líneas) de vuelta a la AC. Cuando estamos en la parada del bus me doy cuenta de que nos hemos dejado todas las compras donde fumamos el cigarro. Me fui corriendo a buscarlas sin mucha esperanza, y efectivamente allí no había nada, pero era porque lo había cogido un hombre que estaba pidiendo y me lo había guardado. Le di una buena propina y problema resuelto.
Después de tanta carretera no nos apetece cenar en la AC, así que nos metemos en un restaurant de pescados (hay varios por la zona) y nos pedimos un arroz de marisco para dos. El restaurant se llama Marisqueira Serpa Pinto (41.18558, -8.69564) y el camarero muy amablemente nos recomendó que comiésemos sólo para uno, porque las cantidades son generosas. Efectivamente así fue, Nos dio para dos platos cada uno. El postre también riquísimo y muy bien de precio. A la AC y a dormir.
17/3 – Oporto
Queremos ver un mercadillo muy famoso que se llama la Feira da Vandoma (mercado de la ladrona) (41.15642, -8.58565), que tiene una historia detrás, porque antes era nocturno, y era donde se iban a vender todo lo que se robaba durante el día anterior. Ahora claro ya no es así.
El metro (2,50 euros) nos lleva casi hasta el mismo mercadillo. No es muy grande, pero es todo de antigüedades, que es lo que nos gusta, así que nos lo pasamos fenomenal y claro que picamos algo.
Para ir al centro cogemos de nuevo el metro y hacemos un trasbordo que nos deja en la Seo de Porto. Para no ir cargados dejamos la compras en la consigna (7,50 euros).
Vemos la catedral y en vez de descender hacia el río nos vamos a ver la parte alta, para lo cual nos dirigimos a la Plaza da Liberdade (que esté en obras) y a la Iglesia de Los Clérigos. La iglesia tiene una parte de pago y otra gratis. Desde la plaza donde está la iglesia se ve la librería Lello, que como siempre tiene una cola impresionante para verla. Es donde se rodaron varias películas de Harry Potter.
Vemos también la Iglesia del Carmen, que está cerca, con sus baldosines azules. Un tanto barroca. Desde ahí al mirador de la Victoria, con las mejores vistas de la ciudad y a la Praza de Infante D. Henrique, donde tomamos algo en la terraza del mercado para luego ir a ver el Palacio de la Bolsa. Aunque es de pago merece la pena verlo.
Desde aquí bajamos ya hacia el río y decidimos hacer un recorrido en tranvía (41.14057, -8.61635) que nos lleva hasta la desembocadura del Duero donde vemos el Fuerte de San Juan Bautista, el Jardín del Paseo Alegre y enfrente el Farol do Pontao. Cuando nos cansamos cogemos el tranvía de vuelta en el mismo sitio que nos dejó y recorremos toda la ribera del río, que está llena de gente como siempre, con gente cantando y vendiendo artesanía, y un grupo de hip hop bailando al pie del Puente de Don Luis I. Es lo que más atrae a la gente.
Aquí decidimos empezar ya la vuelta e ir a la parte alta en el funicular Dos Guindais (41.14101, -8.60951) que se coge a los pies del puente, pero por desgracia está en mantenimiento, así que nos toca subir andando poquito a poco.
A mitad de subida tomamos algo en un bar de la Rúa de Dom Hugo y llegamos a la estación de trenes de Sao Bento donde cogemos lo que dejamos en la consigna. Prácticamente frente a la estación (41.14490, -8.61083) sale la línea 500 de autobuses que nos deja al lado de la AC. Cenamos en ella y a dormir.
18/3 – Oporto/Salamanca
Ya de mañana estamos venga a oir pasos cerca de la AC. Nos asomamos y resulta que hay una media maratón, y todos los corredores pasan a a nuestro lado. Debido a ello todas las líneas de autobuses están cortadas, pero no la de metro, así que la cogemos para que nos lleve de nuevo a Oporto.
Hacemos la misma jugada del día anterior pero esta vez nos bajamos al pie del Ponte de D. Luis I y lo cruzamos andando. Justo al otro lado del puente hay bodega preciosa, visitable y con catas. Después de verla nos recorrimos toda la orilla del río en dirección a la desembocadura. Un pseo fluvial muy acogedor lleno de puestos de artesanía y restaurantes, además de una tienda muy original donde venden sardinas de todo tipo y otra de dulces.
Las calles que hay por detrás del paseo están llenas de bodegas visitables, y se puede subir a la altura del Jardim Do Morro, desde donde hay unas buenas vistas de la ciudad. Bajamos un poco hacia el río y entramos a ver el Museo del chocolate, donde compramos algunas variedades y tomamos un café. Un sitio precioso que no se puede perder nadie.
Llegamos de nuevo al paseo fluvial y casi al final está el Convento de Corpus Christie. Un lugar poco anunciado pero precioso, con una exposición de una artista local que está fenomenal. El artesonado de la sala que alberga la exposición es digno de ver.
Para iniciar ya la vuelta cogemos el telesférico, que nos lleva a la parte alta del puente, por donde lo cruzamos andando llegando a la parte trasera de la Catedral, donde volvemos a coger el autobús de la línea 500 que nos deja en la AC, hacemos el viaje de vuelta del tirón, sin más que contar.