Medio de transporte: Avión
Ruta (4.000 kms.): Salamanca, Madrid, Marrakech, Cascadas de Ouzoud, Marrakech, Essaouira, Marrakech, Desierto de Agafay, Marrakech, Madrid, Salamanca
Antes de iniciar el detalle del viaje unos cuantos puntos generales importantes a tener en cuenta. Contratamos en Viajes Halcón tanto el hotel como el desplazamiento al aeropuerto. La hora es la misma que en España. En cuanto al clima, llevar una cazadora que abrigue porque las mañanas y la noche son frescas, y más aún si vais a ver el anochecer al desierto.
La moneda cambiarla en Marruecos. En el aeropuerto lo mínimo para coger un taxi o un autobús y el resto en el centro. El cambio varía según cada puesto oficial. Yo recomiendo el de el Hotel Alí, en la plaza Jamaa El Fnaa o bien otro en la misma plaza al lado del restaurante Argana.
Los taxis también regatean y los autobuses son muy baratos (0,40 euros). Lo típico es tomar un té (sobre 1,50 euros) o zumos de naranja, lo hay grande y pequeño, a 1,50 y 050 euros. Las calesas se pagan a 10 euros por persona.
La ciudad es muy segura y se puede caminar por cualquier sitio sin problema. No te agobian para guiarte pero sí intentarán decirte donde está la plaza para que vayas antes a la tienda de su primo.
El tabaco hay que comprarlo en los estancos, que se identifican por un circulo blanco en el que dentro hay otros tres círculos en azul entrelazados.
Nosotros contratamos todas las excursiones con Civitatis y salvo una que se estropeó el autobús estuvieron todas muy bien. Se pueden contratar allí a precios similares pero son todas plurilingües, mientras que en la nuestra eran todos españoles.
16/1 – Salamanca-Madrid
Fuimos en la AC para pasar el día en Madrid y para dormir en ella, ya que el avión salía al día siguiente bastante pronto y nos ahorrábamos el hotel. Fuimos a ver el centro comercial Plaza Norte 2 que está fenomenal. Cuando nos cansamos fuimos al centro comercial Parque Corredor en Torrejón de Ardoz, que también es inmenso. Para dormir nos fuimos a Paracuellos del Jarama y donde vimos otra AC nos quedamos a dormir (40.50209, -3.51565).
17/1 – Madrid-Marrakech
Desayunamos y llamamos a Sansecar (a cinco minutos de donde dormimos), con quien habíamos contratado el parking, a decirles que íbamos para allá. Nos salió una semana por unos 55 euros, porque teníamos descuento por ser de Mutua Madrileña.
Dejamos la AC estacionada y nos llevaron a la T4 del aeropuerto. Un vuelo con Iberia perfecto y llegada al destino sobre las 12.00. Estaban esperándonos para recogernos y nos llevaron al hotel (media hora). Donde aparcó el taxista nos estaban esperando, porque el hotel estaba en una callejuela difícil de encontrar.
El hotel era el Riad Alida (3 estrellas) (31.63200, -7.9929). Mu bien. Solo hay 3-4 habitaciones así que muy familiar. Los dueños son franceses y viven en el hotel. Las habitaciones están construidas y decoradas al estilo árabe, muy original. El servicio muy amable, aunque no hablan ni papa de español. A poquito inglés que se sepa nos entendemos bien. El primer día nos dieron la comida, con un tajín de pollo espectacular.
Una de las mejores cosas que tiene el hotel es su ubicación. Está justo al lado del restaurante Dar Moha, que es un punto de recogida de turistas para todas las excursiones, hay una parada de taxis y está al lado de una de las entradas a la medina.
Durante nuestra estancia en el hotel sólo había ocupada otra habitación, donde se alojaban Miguel y Susana, dos argentinos majísimos con los que además salimos esa primera tarde, ya que todos teníamos la intención de ir a dar un paseo en calesa. La cogimos en la plaza Jemaa El-Fna y nos llevó tanto alrededor de la medina como por la parte colonial francesa, donde hay una villas flipantes.
A la vuelta tomamos nuestro primer té en el restaurante Argana de la plaza y luego a cenar en un restaurante muy sencillo cerca del hotel. Post-cena con nuestros nuevos amigos en el hall del hotel y a dormir.
18/1 – Marrakech
Nos levantamos y tomamos el desayuno en el patio del riad, en una mesita justo al lado de la puerta de nuestra habitación. Como está tan cerca y estamos casi solos salimos a desayunar en pijama. Muy completo y bien servido.
Salimos luego hacia la plaza, donde tenemos contratada nuestra primera excursión para que nos enseñen Marrakech. Muy instructiva, porque te orienta respecto a todo lo que es la ciudad y te enseñan y explican todo lo básico (costumbres, precauciones, consejos…). La guía nos llevó desde la plaza a la Koutoubia, con sus jardines, a la kasbha a través de la puerta Bab Agnaou y las tumbas saadíes, donde era opcional entrar. De ahí por todo el barrio judío y al palacio de la Bahía, donde sí pasamos un rato. Nos llevó, como no, a un herbolario donde compramos especia para la comida, jabones antipolillas y cremas antiestrías. Comemos en un restaurante cualquiera que nos recomendó la guía. La comida bien y barata pero con la bebida un buen sablazo (coca-cola – 3,50 euros).
La tarde la dedicamos por completo a perdernos por la medina, callejear, regatear y curiosear todo el entorno. Vimos la plaza Jemaa El-Fna de noche por primera vez. Es todo un espectáculo; un caos perfectamente organizado y atracciones de todos los tipos. Desde puestos que venden fruta y zumos, los típicos domadores de serpientes (cada vez menos) y grupos populares tocando sus instrumentos y bailando. Eran los que más aceptación tenían. El que más nos llamó la atención fue un juego que consistía en una caña de pescar con un pequeño neumático en la punta y que había que meterlo en el cuello de unas coca-colas de 2 litros puestas de pie en el suelo. El premio era la botella. Parece una tontería pero no vi conseguirlo a nadie en varias veces que estuve observándolos.
Volvimos al hotel callejeando por la medina y a cenar. Otro tajín, esta vez de cordero. Riquísimo.
19/1 – Cascadas de Ouzoud
Desayunamos y nos recogen para la excursión justo al lado del hotel. Llegamos casi diez minutos tarde, por lo que nos calló una pequeña bronca. Tres horas de viaje con una parada en el medio por una carretera al principio bastante buena, y poco a poco más estrecha, aunque bien asfaltada.
Nos llamó mucho la atención que los niños iban al colegio caminando ellos solos por el borde de la carretera. No como aquí que tienen que dejarlos en la puerta del cole e ir a buscarlos, y aunque vivan a cien metros van en el coche.
Llegamos y ya nos está esperando el guía. Las cascadas se empiezan viendo desde arriba, junto con los monos medio salvajes que no se asustan por nuestra presencia. Luego se hace un poco de senderismo hasta abajo, donde están los restaurantes y unas balsas bastante rudimentarias que por dos euros te dan un paseo por debajo del chorro de la cascada principal.
Luego comemos por unos 10-15 euros, aunque bastante mal y poco a poco vamos subiendo recorriendo todas las tiendecitas que te veden productos típicos. Arriba del todo hay una plaza donde tomamos un zumo de granada. Muy dulce pero áspero y de ahí vuelta a Marrakech para llegar a media tarde.
Vuelta por la medina y a cenar al hotel (un arroz riquísimo).
20/1 – Marrakech
Tenemos todo el día libre, así que nos dedicamos a ver los mismo que con la guía pero más detenidamente, parándonos en todos los sitios que nos apetecía, y además en los museos Dar Si Said y Tiskiwin. Además yo entré en el palacio El Badi. Muy curioso por el tipo de construcción, con sus naranjos en la plaza central y sus túneles, pero poco más que ver.
Para comer nos metimos en la medina y descubrimos un puestecito de dos metros de ancho con tan sólo dos mesas, Pizza Yassine. Te ponen una pizza mediana (ideal para dos con poca hambre) por 1,70 euros. Está pensado para llevárselo a casa, por lo que no tienen ni bebidas, que compran en el estanco que está justo al lado (80 céntimos la coca-cola).
21/1 – Essaouira
Desayunamos y esta vez para iniciar la excursión tenemos que ir hasta el café Do France en la plaza. Como son las ocho de la mañana cogemos un taxi. También se regatea, pero a esas horas de la mañana y con las prisas que tenemos no le insistimos mucho al taxista y pagamos al mismo precio que en Salamanca (6-8 euros por un trayecto de un kilómetro).
La ida, fenomenal. Dos horas de viaje con una parada de camino para descansar. Essaouira es llamada la ciudad del aire, porque sopla que no veas. Se trata de un pueblo pesquero muy pequeñito pero encantador, con una muralla a lo largo de la costa, una playita abierta (al estilo de Aveiro) y dos calles que recorren el pueblo desde la plaza Mouley El Hassan hasta la puerta Bab Doukkala. Estas calles constituyen la medina, y a ambos lados se puede ver a un lado toda la muralla, con sus cañones y arcos, y por el otro lado una sinagoga y los cementerios cristianos y judío. Ya volviendo hacia la plaza llegas al puerto pesquero, pasando por el arco Bab El-Marsa, donde te venden pescado recién capturado (peces, pulpo, ostras, calamares,…) que lo llevas a unas parrillas que tienen al lado y te lo asan en el momento. Muy original pero poco higiénico.
Preferimos comer en un restaurante de la plaza (La Charente) por cinco euros cada uno calamares y sardinas.
Vemos el Castillo Real que está al lado, el puerto y vuelta a coger el autobús.
La vuelta ya fue otra cosa. Para empezar el autobús que no arranca. Nos tocó bajarnos a todos y empujarlo hasta que arrancó. El aire acondicionado sólo funcionaba adelante, así que los primeros se helaban, por lo que decidieron cortarlo y los de atrás asfixiados todo el viaje. Algún reposabrazos no funcionaba y los cinturones de seguridad tampoco.
A mitad de camino paramos a ver un a cooperativa de mujeres de producción de aceite de argán, pero no compramos nada.
Llegamos de nuevo a Marrakech, vuelta por la plaza, la medina y a cenar al hotel.
22/1 – Marrakech y desierto de Agafay
Por la mañana desayuno y nos vamos andando a ver un centro comercial que vimos ayer desde el autobús: el Menara Mall. Esta zona ya no tiene nada que ver con la medina. Grandes avenidas, edificios a la europea y unas cafeterías internacionales. Eso sí, los precios siguen siendo caros, luego nos enteramos que es la zona más pija de Marrakech. El centro comercial es pequeño pero está muy bien, sobre todo porque las franquicias no son las habituales, y ves algo nuevo. Compramos dos gorros de lana de snoopy con vistas a la visita al desierto.
Desde ahí nos vamos andando a ver los Jardines de la Menara (media hora). Es una zona de esparcimiento de la gente local, rodeado de olivos. Las familias se llevan una manta y la tartera y se sientan entre los olivos a comer y pasar el día. Nosotros compramos un cucurucho de patatas fritas (nos lo cobraron al doble que a los locales) y nos lo comimos sentados en una silla entre los olivos con una coca-cola.
La vuelta la intentamos hacer en autobús, pero cuando llegó iba a reventar, así que decidimos volver andando despacito. Una hora más o menos. Nos fuimos a comer al hotel y a las cuatro de la tarde nos recogieron para ir a hacer la excursión del desierto de Agafay. Está a tan sólo una hora de la ciudad. Han montado complejos de «jaimas» (son casitas individuales de adobe) donde te ofrecen opcionalmente un paseo a camello (20 euros cada uno). Nosotros pasamos y nos fuimos a dar una vuelta por el desierto. Después, ya anocheciendo, un espectáculo de un cantante local, una guitarra y música romántica y después a cenar. Cena típica marroquí con tajín y cuscús y mientras tanto un espectáculo de músicos locales, bailarinas y malabaristas. Muy divertido. Hubo gente que sólo fue a la cena y no se quedó a dormir.
Una vez acabada la cena una copita en la cafetería (con wifi en el desierto) y a dormir. La jaima está muy bien. Muy espaciosa, con baño, ducha y bomba de calor; y tienen el detalle de activar la calefacción, con lo que cuando llegas se está calentito. Nosotros la cortamos, y a eso de las cinco de la mañana tuve que levantarme a ponerla porque hacía un frío considerable.
Nos levantamos a las ocho a ver amanecer y a las ocho y media a desayunar. Más que suficiente. Nos recogieron, paramos en una cooperativa de mujeres de aceite de argán y fuimos al hotel a ducharnos y dejar la maleta con los pijamas. El resto del día lo pasamos en la ciudad. Más medina, y de nuevo comimos en Pizza Yassine. Por la tarde fuimos a ver el Museo de Marrakech y la madrasa de Ben Youssef. Ambas muy interesantes. Vuelta por la plaza, a cenar al hotel y a dormir.
23/1 – Marrakech
Como ya teníamos visto todo lo turístico, nos fuimos por la zona de la medina pegada a la muralla, que es más por donde va la gente local y es mucho más típico. Muchos puestos de comer y de frutas; compramos un libro de segunda mano en francés y unas nueces y entramos a ver la estación de autobuses. Para nosotros un poco complicado, pero preguntamos para ir a Casablanca y estaba tirado, creo que eran cuatro euros cada uno.
Desde ahí nos dirigimos al barrio de Gueliz, otro barrio muy moderno con franquicias y un centro comercial Carre Eden Shopping Center muy grande e interesante. Tomamos un té en una terracita y vuelta al centro. Merendamos una hamburguesa en una terraza del centro de la medina (Café Snack Chengitti), situado en una plazita y luego a cenar al hotel y a la cama.
24/01 – Marrakech – Madrid – Salamanca
Desayunamos y nos recogen a las nueve y media para ir al aeropuerto. El avión sale con media hora de retraso pero sin problema ninguno y un vuelo estupendo. Compramos tabaco libre de impuestos, a menos de la mitad que en España. A la llegada llamamos para que nos vayan a recoger, están allí en veinte minutos y nos llevan hasta la AC.
Como nos sobra tiempo vamos a comer al centro comercial Parque Corredor de Torrejón. Un buen escalope con patatas fritas, aunque no estaba muy bueno, y luego al Xanadú, y desde ahí a casa.
Hola Jose Luis subiste el viaje donde nos conocimos , que lindo , pasame tu telefono o que Concha se lo pase a Susana asi charlamos o hacemos alguna video llamada un abrazo Miguel desde Cordoba Argentina