Seguimos con las rutas cortitas de senderismo en este mes de confinamiento. Esta vez nos vamos un poco más lejos a los aledaños de la Sierra de Gata hasta un pueblecito que se llama Robleda, haciendo una parada en El Bodón para tomar un refrigerio. 

Una vez llegados a Robleda dejamos el coche al lado de la plaza de toros (40.383524, -6.600148) para coger el inicio del camino del Robledillo, que seguiremos unos 3,5 kilómetros.

Camino llano y ancho con una leve bajada, mucho sol y pocas moscas y constantemente rodeados de robles (de ahí el nombre del pueblo).

Paseo muy agradable y casi al final del trayecto ya oímos el río y vemos a bajo el puente y molino del Granadero (40.371738, -6.578567). Nos desviamos un poco para echarle un vistazo y volvemos al camino principal hasta que llegamos a un puente que cruza el río. Justo antes de cruzar a la derecha hay una zona verde sin árboles donde decidimos comer y descansar un rato.

Tras retozar como corderitos cogemos el mismo camino de vuelta hacia el pueblo. Aprovechamos para caminar un poco por él y detenernos en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, bien cuidada y con un curioso arco por delante de la misma.

Como vamos bien de tiempo decidimos hacer algo de turismo rural y nos vamos a San Felices de los Gallegos, a unos 65 kms. de Robleda en dirección a Ciudad Rodrigo. Este pueblo lo ha arreglado muchísimo, sobre todo la parte del Castillo. Dejamos el coche en el centro, al lado de la ermita, y nos vamos dando un paseo siguiendo la muralla hasta la torre del homenaje, y por la parte trasera de la misma.

Por la pandemia todo está cerrado, así nos conformamos con pasear bajo la suave lluvia.

Una vez visto todo montamos en el coche vía Vitigudino (donde tomamos un refrigerio frente a la iglesia, en la Plaza de España), y regreso a casa.