Las Merindades (22/06/20-25/06/20)

Medio de transporte: autocaravana

Ruta (700 kms): Salamanca, Ampudia, Palencia, Lerma, Covarrubias, Burgos, Sajazarra, Frías, Pedrosa de Torbalina, Cuevas de Altamira, Suances, Santander, Carmona, Cuevas del Soplao, Potes, Fuente Dé

22/6 Esta ruta inicialmente iba a ser para recorrer todo el sur de los pirineos, evitando también el calor, pro al llegar a Burgos y leer las noticias vimos que estaban surgiendo en Aragón los primeros grandes rebrotes del Coronavirus, así que decidimos cambiar y acortar el viaje.

Lo iniciamos yendo a ver uno de esos pueblos que forman parte de los más bonitos de España, que es Ampudia, famoso sobre todo por su castillo.

Está fenomenal. Una restauración muy cuidada así como todo su entorno. Aprovechamos como siempre para dar un paseo por el pueblo, aunque con el calor que hacía (más de 35º) fuimos siguiendo la sombra todo lo que pudimos. Nos acercamos a ver también la Giralda de Campos y las calles con sus famosos soportales con columnas y vigas de madera.

Seguimos hasta Palencia para comer, aparcando en el parking del pabellón municipal de deportes (42.014796, -4.542480). Paseo alrededor de la Catedral de San Antolín y la Plaza Mayor y tomamos un café en una terrazita de la plaza de la Inmaculada.

Seguimos ruta hasta llegar a Lerma. Aparcamos sin problemas en una pequeña plaza al lado del Arco de la Cárcel, el cual atravesamos, para entrar en el casco histórico; paseamos hasta el final, donde está el parador de turismo y el Palacio Ducal de Lerma, para volver por el otro extremo y ver la Colegiata de San Pedro. 

Como ya hace calorcito paramos en la cafetería Gredos, en la misma plaza donde dejamos la AC, para tomar un refresco, y nos pegan un buen sablazo. 2,30 euros en un pueblito creo que ya está bien. Lo que tomamos en la Plaza de Palencia nos salió más barato.

En fin, cosas que pasan, el caso es que nos ponemos en marcha a Covarrubias, siguiendo el río Arlanza; un pueblo precioso bastante cerca de Lerma. Dejamos la AC en un escampado en las afueras (42.060338, -3.518960) porque no dejan entrar con vehículos. Ya habíamos estado aquí hace bastantes años pero lo han mejorado mucho, restaurando muchas casas y calles. 

Visitamos la Colegiata de San Cosme y el Torreón de Fernán González. Por suerte es la semana de la cereza, y en casi todas las tiendas, tanto de alimentación como de souvenirs las venden. Compramos un kilo para amenizar la visita y la verdad es que están muy buenas. Son más amarillas, con un sabor distinto, algo más ácidas que las del Jerte, pero tienen mucho líquido,  que con el calor que hace se agradece. 

Nos dirigimos ya hacia Burgos para pasar la noche y lo dejamos en el parking de la última vez (42.352293, -3.680292) que está al lado de un  pequeño centro comercial de Alcampo. Como llegamos tarde nos limitamos a ver tiendas en el centro comercial y nada más. Da pena ver cómo está todo vacío por el COVID19. Hay mucho miedo y no es de extrañar.

23/6 Aquí es donde decidimos cambiar de ruta e ir hacia las Merindades en vez de a los pirineos. Antes de desviarnos en la ruta paramos a ver Sajazarra. Un pueblo poco conocido pero precioso. Lo pateamos, para lo cual no hace falta mucho tiempo, y vamos a ver el castillo, que resulta que es privado, pero se encuentra en un estado fenomenal. Por suerte nos encontramos con unas personas que salían del castillo en ese momento y hablamos con ellas. Resultaron ser los cuidadores del castillo. Nos comentaron que el propietario (de 92 años) lo habitaba en temporadas y que subí las cuatro plantas a pie, hasta la torre.

Desde aquí nos vamos hasta Frías, y ya nos metemos en mitad de las montañas, aunque eso sí, sigue haciendo el mismo calor o más. Poco antes de llegar al pueblo, a la derecha paramos un momento a ver la hermita de Santa María de la Hoz. Frías es un pueblo muy bonito y turístico de calles empedradas y en cuesta, desde el cual se puede ver el río Ebro. Hay un buen parking a la entrada (42.763195, -3.296241).

Vamos a ver las casas colgadas y de refilón el castillo, pero ya hay demasiada cuesta y un calor de justicia.

Hay que intentar no pasar calor, para lo cual nos vamos hasta Pedrosa de Tobalina donde el río Jerea forma unas cascadas (42.848132, -3.334600) rodeadas de choperas donde, aunque no corre aire, por lo menos se puede uno bañar, refrescarse y comer a la sombra.

Nos vamos ya buscando la costa de Santander y, efectivamente, empieza a bajar la temperatura. Aprovechamos para ver de pasada Suances y Santillana y aprovechamos para ver las cuevas de Altamira, que la última vez estaban cerradas por fiestas locales. Al haber poca gente las podemos ver con calma. Decidimos ir a dormir a Santander, que ya conocemos el sitio y está muy bien (43.481425, -3.803343).

24/6 Nos metemos ya en los Picos de Europa y empezamos viendo otro pueblecito de los más bonitos de España que es Carmona. Es tan pequeño que no encontramos ni un bar abierto, pero merece la pena ver las casas de una planta con sus balconadas de madera llenas de flores. La mayoría bien restauradas y las calles limpias y empedradas.

Seguimos adelante para ver las Cuevas del Soplao. No sabíamos que era preferible solicitar plazas con antelación, así que aunque llegamos por la mañana, la primera visita para la que hay entradas en sobre las cuatro de la tarde, por lo que decidimos pasar por allí el resto de la mañana y en vez de comer en la AC nos afeitamos una ración de croquetas en la cafetería, que está muy bien montada.

Para entrar en las cuevas primero te montan en un trenecito que recorre unos 200 metros y te lleva hasta el interior de las cuevas. Hay que darse cuenta que se descubrieron porque antiguamente era un mina, que se siguió explotando hasta que se acabó el mineral.

Par mí una de las cuevas con formaciones rocosas más interesantes, con unas estalactitas de gran pureza (muy blancas) y un número de ramificaciones impresionantes. Sin duda merece la pena verla.

Desde allí nos vamos a Fuente Dé, que aunque sabemos que no hay prácticamente nada (el parador y el telesférico que no estaba funcionando), sólo ver el circo montañoso merece la pena, es impresionante, y si alguien quiere hacer senderismo es un sitio ideal.

Desde ahí nos bajamos hasta Potes, donde decidimos pasar la noche. El pueblo también es digno de visitar, la unión del río Deva y el Quiviesa desde el puente y las casas con las balconadas de madera colgando al río. También vimos la Torre del Infantado y nos metimos en una ferretería de esas antiguas que eran todo estanterías y que tenían productos incluso encima de las vigas de madera del techo. Al final compramos unas albarcas típicas de Cantabria (se las había visto en la tele a su presidente Revilla).

Cenamos en una terraza y tras estar un buen rato allí ya no pudimos por menos que hablar con unos guardias civiles y preguntarles cómo consentían que prácticamente nadie llevase la mascarilla, no sólo puesta, sino que ni siquiera las llevaban encima. Intentaron defenderse pero al final se dieron cuenta de que teníamos razón y empezaron a llamarle la atención a todo el que pasaba sin ella, y a más de uno le tocó volver al coche a buscarlas. No me extraña que haya rebrotes. Dormimos en un parking en mitad del pueblo, bien (43.154598, -4.625881).

25/6 Por motivos personales nos tuvimos que volver para casa, así que desde ahí fuimos a Riaño, León, Benavente, Zamora y Salamanca prácticamente del tirón. Menos mal que no tiramos hacia los pirineos, porue la vuelta hubiese sido mucho más dura.

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